Era 30 de noviembre de 1956 cuando los combatientes de Santiago de
Cuba y algunas zonas de Guantánamo, se vistieron de verde olivo con las
armas en la mano para atraer la atención de las fuerzas del régimen de
Fulgencio Batista. No había otro propósito que apoyar el desembarco de
los expedicionarios del Yate Granma, que, por razones del tiempo no
pisaron tierra cubana ese día cuando se espera.
En este marco, el joven revolucionario Frank País García, visitó
varias veces a Guantánamo, territorio estimado muy esencial en los
planes elaborados para esta acción, pues poseía un alto grado de
organización entre los miembros del Movimiento 26 de Julio. Los
combatientes de los territorios Caimanera, Ermita, Isabel, Jamaica y
Montesano también se levantaron en armas junto a las de la ciudad.
Lideradas por el Comandante del Ejército Rebelde Julio Camacho
Aguilera, los rebeldes guantanameros realizaron diversas actividades
para apoyar el desembarco de Fidel y sus compañeros del yate Granma.
Entre esas acciones estaban la destrucción del puente de Belona, central
Ermita, descarrilar una locomotora, cortar las comunicaciones entre
Santiago y esta ciudad, decomisar armas y tomar el control de la
pequeña pista de aterrizaje de avionetas.
Los preparativos para el levantamiento no sólo incluyeron el aspecto
militar. Se concibió además, organizar una huelga obrera general que
tuvo como máximo líder a Antonio Torres (Ñico), combatiente conocedor
del movimiento obrero y con mucha experiencia en el sector ferroviario.
También participó en su organización Leovigildo Cosa, asesorado por
Gustavo Fraga. El movimiento huelguístico fue abarcador y llegó a
paralizar casi completamente la vida económica guantanamera.
El
alzamiento del 30 de noviembre fue el resultado de una intensa
actividad consciente, minuciosamente preparada desplegada por el
Movimiento Revolucionario 26 de Julio en varias zonas del país y además,
un puente histórico entre el Moncada y el Granma. Y aunque estas
acciones no cumplieron su propósito, demostró la continuidad histórica
del pueblo cubano además de la fortaleza, la organización y la
disciplina alcanzada por el Movimiento 26 de Julio en varios territorios
de Cuba.
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