El 10 de octubre
de 1868, el abogado y patriota Carlos Manuel de Céspedes liberó a sus
esclavos. Ese día, en el batey del ingenio Demajagua, ante unos 500
hombres armados con machetes, lanzas de madera y armas, dijo:
“Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a
alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba”.
En aquel momento, el noble
bayamés enunció la declaración de independencia conocida como Manifiesto de la
Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de Octubre. Dicho
documento declaraba la independencia de Cuba, establecía un gobierno republicano,
democrático y además, la derogación de la esclavitud. Posteriormente, Céspedes, saludó
a sus esclavos, libres en ese momento e invitó a otros dueños allí presentes
que igual lo hicieran. Al momento, pronunció: “¡Ciudadanos, hasta
este momento habéis sido esclavos míos. Desde ahora, sois tan libres como yo.
Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar la independencia!”. “Los
que me quieran seguir que me sigan; los que se quieran quedar que se queden,
todos seguirán tan libres como los demás”.
El acontecimiento histórico significó el comienzo de cien años de lucha y
por ende, el inicio de la revolución en Cuba, país donde sólo ha habido una
revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868,
y la misma que hoy nuestro pueblo sigue adelante. La lucha revolucionaria iniciada el 10 de octubre de 1868 fue secundada en
otras regiones del país y fue un hecho que maduró la conciencia nacional
patriótica y revolucionaria entre los cubanos. No alcanzó su objetivo de independencia
y abolición de la esclavitud, está claro, sin embargo, influyó
decisivamente en la historia de Cuba. El alzamiento del 10 de octubre de 1868 en Demajagua, demostró la
insatisfacción del pueblo cubano para con el colonialismo español y reflejó los
sentimientos patrióticos e ideales independentistas de los cubanos que
anhelaban instaurar en su país, una República libre e independiente.
Ha pasado casi una semana y el dolor está ahí. Duele ir a casa y no
ver las pertenencias, duele el desastre, duele, duele mucho. Después
del paso de un ciclón, quedamos estupefactos. La gente nos mira, se
mueve, otros padecen y desde sus miradas al horizonte, sienten correr lágrimas por sus mejillas.
Hay dolor, llanto, hay tristeza ante lo perdido, pero hay vida, hay
esperanza, hay amor... Por eso, también hay que luchar y luchar fuerte.
Hay que echar pa´lante porque los cubanos siempre estamos siempre a
pie del cañón y resistimos cualquier embate, con la fuerza y capacidad
ineludible para levantar esta nación dotada de tradiciones y conquistas. La destrucción es muy grande y conmueve. Duele creer tamaña
catástrofe en tan poco tiempo. Sin embargo, sólo bastó tres días para
crecer y crecer para bien, tres días para que toda Cuba pusiera a prueba
su capacidad organizativa liderada por la defensa civil, que, como en
otras ocasiones, se mostró enérgica, organizativa, diligente. A su paso por Cuba, Irma dejó un rastro de destrucción en casi toda
la costa norte donde impactó duramente el fondo habitacional de varias
provincias, instalaciones hoteleras y además, en el sistema
Electroenergético Nacional. Por ello, nos quedan duras jornadas de
trabajo, para resarcir los daños en el menor tiempo posible. Hay que
trabajar duro, pero unidos. En el llamamiento de Raúl Castro, Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros, a nuestro aguerrido pueblo dijo: “Las jornadas
que se avecinan serán de mucho trabajo, donde volverán a quedar
demostradas la fortaleza de los cubanos y la confianza indestructible en
su Revolución. No es tiempo para lamentarnos, sino para volver a
construir…”.
Posteriormente afirmó que " uno de los mayores principios de la
Revolución era no dejar a nadie desamparado, y exhortó a lograr la
recuperación con el ejemplo de nuestro indiscutible líder Fidel castroo
Ruz, cuyo legado nos hace cada día más fuertes fuertes" . Irma se llevó consigo muchas cosas, más no pudo arrebatarnos la
esperanza y la confianza conque saldremos adelante. Y aunque queda
mucho por hacer, hay que echar a andar porque de pie, es como se mira al
futuro, porque ni siquiera los vientos huracanados de Irma, pueden
jamás, arrancarnos la esperanza, la sonrisa y la alegría que nos
caracteriza como cubanos.
Ahora enfrentaremos a otro ciclón, el ciclón de la gente, el ciclón
de la unidad, el ciclón del arte de sobrevivir a los embates de la
naturaleza y ponerle fuerzas al sufrimiento. Es un granhuracán, un huracán que una vez más,nos pone a prueba y nos hace crecer como cubanos. ¿ Su nombre? : Solidaridad
Transcripción de la entrevista realizada a Fernando
Martínez Heredia por José Manzaneda, coordinador de
Cubainformación, diciembre de 2016
Fernando Martínez Heredia (izq) dialoga con José
Manzaneda.
José Manzaneda.– Uno de los intelectuales
claves para entender la Cuba de hoy y también la Cuba de
mañana, es Fernando Martínez Heredia, el director del
Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello.
Fernando, el gobierno de Estados Unidos parece apostar por las
vías amables para forzar un cambio político en Cuba, tratando
de influir en diferentes sectores sociales con dos vías: la de la
división y la de la confusión. ¿Realmente lo
está consiguiendo?
Fernando.- Yo te diría en dos palabras que no;
pero hay que decir más: los Estados Unidos no son nuevos en
esto; incluso, hace 115 años casi, el presidente Roosevelt, el
viejo, que era joven, dijo que el garrote y la zanahoria; el garrote era lo
que él usaba más en ese momento contra Venezuela, por
cierto. Con nosotros han usado el garrote más de medio siglo,
después de 1959, pero lo usaron muy duro en 1898 cuando nos
invadieron y ocuparon; pero también usaron la zanahoria.
Y en todo
el sistema de 60 años de dominación que hubo en Cuba,
Estados Unidos practicó las formas de penetración cultural
de encontrar cómplices, y los encontró, de tener un sistema
que por eso es que se llama neocolonialismo, porque consiste por un lado
en dominar económicamente, pero también culturalmente, y por
otro lado en tener cómplices subordinados que reciben beneficios,
dominan el país y los sirven a ellos, son dominantes
dominados.
De manera que ellos se han dado cuenta, de pronto, que después
de más de medio siglo de guerra prácticamente abierta,
ilegal, inmoral, todo esto que sabemos, pues más valía como
bien dice el presidente de la República, Obama, cambiar la
táctica, pero no la estrategia. Pero lo que pasa es que a veces
ellos tienen cosas que parecen como un niño malicioso, que dicen:
él no se va a dar cuenta. Si no fueran criminales uno se
reiría.
Yo estuve en Panamá hace año y medio, en aquella
reunión a la que Obama fue, porque si no no iba a haber
reunión, si no iba Cuba no iba a poder, entonces allí
parecía que todo era zanahoria, incluso hubo medios verdaderamente
conservadores, para no decir reaccionarios, que decían que el
personaje más importante que estaba allí era Raúl
Castro; eso se lo mandaron a decir.
Pero nosotros, por suerte, incluso no los viejos, si no los
jóvenes cubanos, tenemos mucha experiencia, es un combate contra el
país más poderoso militarmente del mundo, pero también
más poderoso culturalmente del mundo, eso nos ayuda mucho, porque
ellos están aplicando a fondo, tienen centenares de acciones
culturales legales; nosotros denunciamos las ilegales, pero las legales
aquí están, centenares sucedieron el año pasado,
centenares están sucediendo este año.
Ellos están permitiendo y auspiciando que entre en Cuba
la mayor cantidad de dinero posible desde Estados Unidos, en la forma de
remesa que siempre ha sido muy hermoso que los familiares ayuden a su
familia; pero ahora, más bien, es que se hagan inversiones por lo que
ellos aspiran a que mañana sea un empresariado burgués en
Cuba y apoyar esas inversiones.
No creo que tampoco ellos estén pensando solamente en lo
que ellos llaman ni la sociedad civil ni el pequeño empresario,
ellos están pensando en todo, están tratando de confundirnos
a fondo, de encontrar cómplices dentro del país.
Bueno, está bien, por lo menos hay quien dice: Pero por lo menos
lo dicen. Yo no hallo que eso sea algo especialmente bueno, es que hay
formas de trabajar, una de las formas de trabajar del imperialismo
norteamericano es la aparente franqueza, o lo que actualmente llaman
transparencia.
Yo no creo que estén teniendo éxitos, pero sí creo
muy fuertemente que no hay que descuidarse nunca y que, incluso, es
terrible cómo vienen decenas y decenas de miles de norteamericanos
que ninguno ni es mala persona, ni pretende nada malo con Cuba; pero
nosotros somos una pequeña isla que ha sido sometida al colonialismo
nuevo norteamericano demasiado tiempo y no podemos ver nada
inocentemente.
José Manzaneda.– Fernando, en tus
escritos afirmas que el dilema de la Cuba de hoy y del futuro sigue siendo
entre el desarrollo del socialismo, que debe ser profundizado, y el retorno
al capitalismo. ¿Realmente esto es un peligro hoy? ¿Es una
hipótesis el regreso al capitalismo? Y si es así,
¿sería más fuerte este riesgo hoy que hace 10, 15 o 20
años?
Fernando.- Sí, yo creo que son reales las dos cosas. Es decir,
primero, el peligro es real, es una disyuntiva y no hay fórmulas
intermedias.
Yo les decía a mis compañeros del Consejo Nacional de la
UNEAC hace unos meses, que el capitalismo sueco puede tener cosas buenas y
malas, pero sin dudas es sueco; el capitalismo cubano no podría ser
cubano, tendría que ser norteamericano-cubano, es decir,
para Cuba no hay una posibilidad de capitalismo autónomo.
Entonces,
de entrada, la disyuntiva no puede ser: bueno, vamos a seguir introduciendo
cosas del capitalismo, vamos a hacer lo que antiguamente algunos llamaban
un socialismo de Estado, que es un tránsito hacia que una cantidad
de funcionarios se conviertan en empresarios, etcétera, no es
factible, eso no es factible en Cuba.
En Cuba no es factible que digamos: sí, vamos a hacer un
capitalismo, pero no va a ser neoliberal, ustedes verán que vamos a
tener una política social muy buena. Nada de eso es
factible.
Podría ser, incluso, que algunas personas hasta lo crean, de
buena intención, y digan: si hacemos un pluripartidismo, por
ejemplo, y un sistema democrático de elección de personas,
vamos a evitar que haya corrupción, que los pobres empiecen a pasar
hambre, etcétera. Eso, desgraciadamente hay demasiados ejemplos en
el mundo de que no es posible, ni siquiera en Estados Unidos donde casi 4
millones de personas no tienen donde dormir, y le tildaron de comunista a
este presidente que está terminando porque trató de que una
parte grande de los 52 millones de personas que no tienen posibilidad de
una asistencia médica correcta, tuvieran algo.
Es decir, nosotros por lo menos tenemos, y en Cuba creo que eso es de
lo más importante, una población con un grado de conciencia
política que posiblemente sea un récord mundial y eso
sí es una cosa muy, muy valiosa. Y por esto es que yo digo
muy claramente: no hay nada intermedio, creer que hay algo intermedio es
confusión; se trata de o el capitalismo, o el socialismo.
Hay quien dice, exagerando mucho, que si Cuba pasara al capitalismo
sería como Haití; no, como Haití nada más que es
Haití, cada uno vive su desgracia, pero la nuestra sería
grande, entre otras cosas, porque hemos dado no solo un ejemplo al mundo de
cómo es posible que incluso un pequeño país al lado
de Estados Unidos, como se decía siempre, subdesarrollado, haya
cambiado tan profundamente la vida en favor de toda la población y
no de una fracción pequeña de ella.
Pero, bueno, no solo es un ejemplo del mundo, sobre todo que es la
vida de nosotros, es lo que hemos logrado hacer entre todos, y no es
posible permitir, de ninguna manera, que nuestros hijos y nuestros nietos
vuelvan a lo que hubo.
José Manzaneda.- Fernando, tú afirmas
que el capitalismo sigue existiendo hoy agazapado en diferentes actitudes,
en diferentes prácticas, en cierta psicología social, que de
alguna manera habría venido fortalecida por la reintroducción
de algunos factores de mercado en los últimos años en la
sociedad cubana, ¿cuál es el antídoto?
Fernando.- Yo tengo dificultades para la gran prensa;
por ejemplo, yo soy marxista, pero no me queda más remedio, porque
me permite darme cuenta de que no se trata meramente de que haya manera de
producir, de intercambiar, de ganar dinero los que son dueños, no,
se trata de mucho más; se trata de una cultura, el capitalismo es
una cultura y en esa cultura, por ejemplo, no es conseguir que la
mayoría esté de acuerdo o se sienta mal muchas veces y otras
no, o se sienta bien porque hay fiestas, o cobra más dinero; pero no
pretenda para nada cambiar lo esencial de la existencia, eso es la cultura
capitalista. Por eso se puede tener una cantidad enorme a veces de
diversidades, otras veces no, otras veces se decreta un Estado de
excepción y no se puede tener ninguna; pero lo esencial es cultural.
Toda dominación bien establecida, moderna, es cultural,
siempre fue así, de un modo u otro, pero ahora más que
nunca.
Entonces hay un capitalismo del comercio exterior, y Cuba lo sufre muy
duro; hay un capitalismo del bloqueo contra Cuba que es una barbaridad,
veinticinco veces le han dicho que no, y es simpático cómo
los de la zanahoria mandaron a la señora a abstenerse. Si yo lo estoy
acusando a usted o usted es inocente o es culpable, pero no es que se
abstuvo, es una de dos.
Pero, bueno, son formas, digamos, más brutales; pero hay
formas más sutiles y una de ellas importantísima es el
capitalismo de la educación que cada uno recibió, de la
educación que desde niño era lo tuyo, si acaso cuando
más lo de tu familia, el interés personal, el egoísmo,
aunque se dijera que el afán de lucro no; el egoísmo que
opera tanto contra la solidaridad entre las personas y que entonces es muy
difícil de erradicar y tiene la capacidad de regresar, de retornar;
tiene la capacidad de aparecerse de modo difícilmente
censurable, como cuando dice: no, pero él está
tratando de resolver, por ejemplo —resolver es un verbo
cubano—, y en realidad, ¿a costa de quiénes?,
habría que preguntar, ¿contra quiénes?,
¿exigiendo que les paguen lo que nunca se pagó, por ejemplo?
¡Pero qué hermoso es que todos los servicios sociales, que
todo lo que son bienes de las personas lo tengan las personas, sin ser otra
cosa que personas y no por el dinero que tienen en el bolsillo!
El dinero, como equivalente general de la mercancía es un
gravísimo problema cultural; ningún país como Cuba,
aunque tenga un poder como el que tenemos, lo ha podido quitar, el salario
tampoco. Por eso yo dije al inicio que, bueno, como soy marxista me doy
cuenta de que vivimos en una transición socialista, por muy
solidarios y humanos a fondo, y con ganas de que ya no haya ninguna forma
de dominación.
Lograr, por ejemplo, que todos los cubanos entendieran que la mitad de
los cubanos no era inferior a la otra mitad, por ser mujeres, ya fue un
éxito dificilísimo, no fue de un día para otro y todos
éramos socialistas, vaya; y una parte de los socialistas
decía: sí, pero ella que es socialista e inferior a mí
que soy socialista.
¿Qué quiere?, que la transición exige no
solo paciencia, sino mucho trabajo, no solo usar un tiempo largo, sino
educar una y otra vez, y un conjunto de formas que van desde la
coerción social hasta la autoeducación, es complejo, y a
nosotros se nos ha hecho difícil por una cantidad de las medidas que
se han aplicado a partir de los primeros años noventa, porque se
han introducido fórmulas primero para sobrevivir, después
para que fuera viable la economía del país y todavía
estamos en lo segundo, ya lo tenemos, pero una y otra vez hay que volverlo
a tener.
Entonces esto ha hecho que crezcan diferencias sociales
entre nosotros que no había y que crezca entonces el valor del
dinero, que no lo tenía, tenía valor, pero poco; que crezca
entonces también la relación directa de lo que cada persona
hace, con lo que recibe personal o familiarmente y la calidad de la vida
que en algunos aspectos tiene.
Es decir, la relación que tenía la actividad de los
cubanos con esto, era muy indirecta, a pesar de lo que dicen a veces los
manuales que son tonterías, aquí toda cubana, todo cubano,
por ejemplo, tenía derecho gratuitamente a todos los servicios, y
los servicios eran de verdad universales y muy satisfactorios, así
fue subiendo el grado cultural y con él suben lo que llaman los
sociólogos, expectativas. Usted quiere más, porque sabe
más, porque tiene un mundo más complejo interior, porque
tiene más gustos desarrollados y entonces cuando no hay más y
le dicen: Sí, pero si tuvieras dinero habría más;
sí, pero si tienes dos trabajos hay más; sí, pero si
consigues de algún modo, aunque no sea lícito, sino incluso
que pueda ser delictivo, pues aparecen problemas que vienen de una cosa que
pudiéramos hasta llamar monstruosa, el aumento enorme de la
cultura, de las capacidades laborales pero de todo tipo, del gusto, de las
expectativas y el no aumento a ese tamaño de los bienes y
servicios.
Entonces la diferenciación social es un enemigo que toca
duro a la puerta en nombre del capitalismo, aunque no lo parezca.
José Manzaneda.- El Instituto de
Investigación Cultural Juan Marinello, que dirige Fernando
Martínez Heredia, realiza numerosas actividades en el campo de la
investigación cultural, los estudios de opinión, sobre
diferentes grupos sociales, actividades académicas, presentaciones,
publicaciones. Me gustaría, Fernando, que nos presentaras el
instituto y cuáles son algunas de las líneas fundamentales de
trabajo.
Fernando.- No me gusta, porque es como hacerse
propaganda, aprovechando lo solidario, pero es una institución
grande, para los tamaños nuestros, y se tiene que ocupar de cosas
muy diversas, entonces hacer ese tipo de relaciones con siete
líneas, por ejemplo, puede ser aburrido para el lector. Prefiero
llamar la atención sobre el hecho de que, por ejemplo, a nosotros
nos interesa mucho la participación en el consumo cultural, no
meramente cuánto hay, cómo es, dónde hay más o
menos, sino también cómo puede participar la población
en ese consumo desde la elección del consumo, desde el conocimiento
de los factores que pueden haber o no, y, claro, hay un problema
también en este caso de la educación y del gusto.
O sea, nosotros tenemos que vernos hasta un punto, que en nuestro caso
es pequeño, con las bellas artes y hasta un punto, que en nuestro
caso es muy grande, con las formas de cultura popular; en ese sentido puede
que tengamos trabajos históricos que son muy importantes, como las
tradiciones orales, los conjuros, las formas que tiene la gente de ejercer
una cultura que los que van a la universidad no siempre se dan cuenta de
que también es cultura.
O el trabajo con los que son portadores, como llamamos en la jerga,
culturales; porque en un poblado de oriente o de Pinar del Río han
mantenido durante más de un siglo una forma cultural expresiva con
danza, música y una letra que o viene de uno de los que construyeron
Cuba con sus culturas —y no digo de los que aportaron, porque casi
siempre se dice que aportaron los africanos, y el que aportó es
porque era una persona secundaria, y es que todos concurrieron—, y
nosotros, por ejemplo, no solo lo investigamos, y es una fase la
investigativa, sino que también lo promovemos en la medida
pequeña en que podemos hacerlo. Por ejemplo, hace 10 días
tuvimos la reunión anual de premiación de lo que llamamos
memoria viva, que es una premiación no de un primer premio, sino de
unos 30 premios, son gentes que son grupos culturales de todo el
país, de todas las provincias que concurren aspirando, y lo
importante, por un lado, es que gana premio una cantidad y, por otro lado,
que se presenta un número muchísimo mayor y son tan
importantes como los que ganaron los premios; pero son portadores los
grupos.
También premiamos a personas que han echado la vida entera como
personalidades, pero personalidades que solo son conocidas en la
comunidad, en el barrio, cuando más en el municipio, que no salen
por la noche en el noticiero cuando cantan ni cuando bailan y que son
también portadores culturales importantes. Bueno, eso se llama
Memoria Viva y todos los años se convoca, se hace con mucha
seriedad y se otorga el premio, y esto fue hace 10 días.
Hay cosas de otro tipo que pueden ser hasta un poco farragosas para el
que no le gusta, ¿no?, como el uso de la estadística y
tenemos que con las estadísticas discutir con funcionarios, porque
les aportamos un trabajo sociológico ya de otro tipo, cuantitativo,
con instrumentos cuantitativos que ayuden a discernir mejor y no lo que se
le ocurre a uno que es bueno. En ese sentido apoyamos a la
institución a la que pertenecemos que es el Ministerio de Cultura;
pero también partimos de esto, y con esto termino, de que no
hacemos solamente lo que nos piden que hagamos, que eso sería muy
estrecho y pequeño y no nos permitiría ni siquiera hacer
bien lo que nos piden, hay que tener ideas propias tienen que
ocurrírseles a uno con temas necesarios y llevarlos adelante, y eso
hacemos.
José Manzaneda.- En tus escritos y en tus
reflexiones, Fernando, insistes en la necesidad de impulsar la
participación en el país, impulsar el debate franco,
transparente, sin miedo a la discrepancia. ¿Cómo está
la salud de la participación y la salud del debate discrepante en la
Cuba de hoy?
Fernando.- Nunca está de más hablar de
eso. Y alguna vez yo he escrito para ser más fuerte, que el
debate en el socialismo es como la respiración para las personas, de
ese mismo tamaño, es vital; el debate en el capitalismo
puede ser incluso interesantísimo, pero tiene otras funciones, tiene
las funciones del sistema en el cual existe; cuando participas en
él y corren las consecuencias, personas que están opuestas
al sistema, es interesante, pero el sistema se encarga de que no sea capaz
de acabar con él. En el socialismo tiene que suceder lo
contrario, es decir, el sistema tiene que promover el debate, tiene que
promover la discusión, tiene que promover la diferencia, tiene que
promover, incluso, las divergencias.
A mí me gusta mucho lo que dijo el Presidente nuestro, que es un
guerrillero antiguo, Raúl Castro, que le tocó, porque le
tocó ser el ministro de las Fuerzas Armadas toda la vida, y resulta
que un militar de toda la vida, cuando tomó posesión, al poco
tiempo hizo un discurso donde dijo: yo lo que les pido a todos, por favor
—porque Fidel es tan grande que solo entre todos lo podemos
sustituir—, es que tengamos discusiones y que tengamos discrepancias
entre los compañeros. Yo dije: ah, qué bien, porque cada
profesión tiene su defecto profesional, y él demostró
no solo que no lo tenía, sino que tenía muy claro qué
cosa era muy necesario.
Pero no es fácil, los hábitos de autoritarismo que no
siempre vienen de algo malo, por ejemplo, para los viejos la lucha frontal
fue algo familiar y saben que a veces si no era autoritario no había
posibilidad, pero los hábitos de autoritarismo tienen que ser
desterrados y no lo han sido, y hay una lucha con ello, y reaparecen de
pronto y uno se asombra y dice: ¿Todavía tú piensas
así como un troglodita? ¿Todavía tú crees que
hay un compañero que no es contrarrevolucionario, pero no sabe que
está sirviendo sin querer a la contrarrevolución?, como dice a
veces algún que otro funcionario nuestro. Ah, bueno, esas son cosas
reales contra las cuales hay que luchar.
Ahora, debatir por debatir, para sentir cómo se hace
ruido no vale la pena tampoco. A mí me parece que para debatir hay
que estar bien informado, si no se hace real que las áreas tienen
que informar de verdad y que los periodistas tienen que servir de verdad, y
los medios, por tanto, y que no puede haber lo que en Cuba llaman
secretismo contra los que no son secretos de seguridad para nada, entonces,
¿cómo va uno a opinar si no tiene
información? La información es básica, la
información, como diría un filósofo europeo, es
necesaria, pero no es suficiente; es necesario entonces que se discuta,
pero para esto también es conveniente, por lo menos, que haya una
educación sobre discusiones, sobre discutir.
Si no hay educación yo no me opongo, más vale que
sean ineducados, pero que discutan; pero si se discute educadamente, se
avanza muchísimo más y no se pierde la fraternidad. Pero,
además, se gana en eficiencia, es decir, el debate para
algo. Y por esto decía: no solamente por hacer ruido, sino
para que se convierta por un lado en una norma que hay que hacerle caso a
los debates, no es posible que incluso se diga: pero qué bien se ha
discutido algo, pero después no hicieron nada. Entonces es
frustrante, se convierte en un adorno; el debate como adorno hay que
rechazarlo.
El capitalismo tiene sus adornos, el socialismo debe tener sus
adornos, pero otros adornos, los adornos con los cuales se adorne la gente,
se adornen las calles, se adornen las fiestas, pero que alguna cosa que
tiene que servir para avanzar no sirva como un adorno; es decir, estoy en
contra de que se prohíba y en contra de que no sirva para nada.
José Manzaneda.- Hemos conversado, con mucho
placer, con Fernando Martínez Heredia, uno de los grandes
intelectuales de la Revolución Cubana, director del Instituto de
Investigación Cultural Juan Marinello, nos ha recibido en su casa y
realmente se lo agradecemos.
Despedimos nuestro programa desde la capital de Cuba, desde La
Habana.
Cuando hablamos de cultura y nos referimos a la de algún lugar
específico, no podemos olvidar a quienes abrieron el camino para la
misma, y mucho más aquellos nombres van más allá de lo regional, para
alcanzar renombre nacional e internacional.
Luisa Pérez y Montes de Oca, nació en la finca Melgarejo cerca del
poblado del Cobre, el 25 de agosto de 1835, sin embargo, por razones de
la vida, la joven pasó a la historia con el apellido de su esposo. Luisa
Pérez de Zambrana, que es su nombre, es una de las poetisas de las que
se dice «nació con el don de la poesía» y es entre las mejores de Cuba e Hispanoamérica.
Era
una hermosa joven, dulce, fina y distinguida, de mirada absorta y
soñadora. Era, al decir de José Martí, una pura criatura, a toda pena
sensible y habituada a toda delicadeza y generosidad. De cabello negro y
ondulado en abiertas sienes, exhibía además, unos ojos grandes
portadores de una inagotable fuerza de pasión delicada y ternura.
Así
era esta santiaguera que, con solo 14 años, escribiría sus primeros
versos donde se recrea el ambiente campestre donde vivió hasta la muerte
de su padre. Entonces se trasladó hasta Santiago de Cuba, para darse a
conocer en 1852 entre los amantes de la Literatura de esa ciudad, que,
aunque no fueron definitivos, fortalecieron aún más su poesía.
Los círculos intelectuales de la época reconocieron la calidad de sus versos por la claridad del lenguaje. El Lirio, La Gota de Rocío, Noche de Luna, Al ponerse el sol, A Julia en la fuga del sinsonte o Una ofrenda a la virgen son algunos ejemplos de los cantares que hiciera a su tierra natal.
Luisa
publicó un volumen de poemas que circuló entre los eruditos más famosos
del país y fue leído por Ramón Zambrana , con quien posteriormente,
contrae matrimonio. Y es partir de este momento cuando su vida social e
intelectual comienza a desarrollarse en la capital del país..
De
hecho, los Periódicos La Habana, Cuba Poética, Álbum cubano de lo bueno y
de lo bello, Cuba Literaria, Diario de la Marina..., abrieron sus
páginas para la publicación de su libro de poemas donde canta a su nueva
vida. De ahí se derivan: A mi esposo; Mi casita Blanca; Al campo; Canto a mi madre, y otros...
Dolor
profundo cargó la poetisa en su pecho por las pérdidas de sus seres más
queridos. A los ocho años de casada quedó viuda, luego vio morir a cada
uno de sus hijos en plena juventud y a su hermana Lucía, también poeta y
santiaguera, aciagos hechos que tuvo consecuencias en su estado de
ánimo y en su obra, pues de repente, esta romántica mujer se ve sola en
el mundo.
Su obra ocupa un lugar importante en la literatura del
siglo XX y se caracterizó por la sensibilidad, la melancolía, la
ternura, donde no escapan las reflexiones religiosas y filosóficas
sobre la muerte: estas dos últimas características expresadas en las
elegías La vuelta al bosque en honor a su esposo y Dolor supremo y Martirio dedicada a sus hijos.
Más
romántica que muchos de los que impusieron un sello al Movimiento
literario en la poesía cubana de la época, solo se le compara con el
poeta Juan Clemente Zenea. Y esto se debe a que siguió fiel a su estilo
cuando el Modernismo traía sus cisnes y sus jardines cerrados.
Fue
al decir de Enrique José Varona, la más insigne elegíaca de nuestra
lírica. Por otra parte, José Martí al referirse a ella, señaló: “Se
hacen versos de la grandeza, pero solo del sentimiento se hace poesía“.
Luisa Pérez de Zambrana nunca aspiró a ser de los poetas sociales, por
que sencillamente está entre las mejores de Cuba e Hispanoamérica.
A Ritmo de mi
Rumbón es el nombre de la gala cultural con la cual quedó inaugurado
oficialmente el Carnaval Guantánamo 2017. La Plaza polifuncional Pedro
Agustín Pérez quedó pequeña ante tanto público que disfrutó del esperado espectáculo.
Bajo la
dirección de Lázaro McPherson, la gala expuso lo más exponente de las
autóctonas tradiciones culturales y sonoridades actuales preferidas fundamentalmente
por la juventud, entre ellos, las
voces femeninas de Yaíma Seaz con su Masucamba y Arlenys Rodríguez.
El público disfrutó del folclor y tradición que emana del ballet folclórico
Babul y de Los Guasoneros. También se presentaron para los guantanameros, el septeto Moneda Nacional y el cuerpo de
baile del Cabaret Tropicana quienes vivnieron desde Santiago de Cuba.
Hubo un
espacio para la balada con Waldo Mendoza quien comenzó por
esta ciudad su gira nacional y otro para la rumba a cargo de los chicos de Obbá Ilú Ará. En tanto, el
grupo de El Guajiro y su Changuí, bajó de las lomas de Yateras para
contagiarnos con el rico ritmo guantanamero.
En la gala
cultural, no faltó el humor que en esta oportunidad estuvo a cargo del
fonomímico Juan Carlos Aliaga, el comediante Ramón Mustelier y el siempre
esperado Komotú, quienes removieron al público con un número especialmente
creado para este jolgorio.
Agradezco al fotoreportero
Leonel Escalona Furones del periódico Venceremos, por ofrecerme estas imágenes
donde asevera que no faltó variedad en un espectáculo donde primó el humor, y
la música contagiosa de estas fiestas populares tan esperado durante el año.
Del 1ro al 4 de agosto, fundadores del Movimiento de la Nueva Trova,
investigadores, jóvenes escritores y reconocidos intérpretes de la
canción cubana, se encontrarán en Guantánamo, a propósito de la 41 edición de la Jornada de la Canción Política.
El evento cultural más antiguo de la Asociación Hermanos Saíz,
organización que agrupa a la joven vanguardia artística de la canción,
estará dedicado en esta oportunidad al trigésimo aniversario del
Comité de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, al 50 de la caída
en combate del Che y sus compañeros y al 150 del natalicio del destacado
músico y compositor cubano Sindo Garay.
Prestigiará la
Jornada... Aleida Guevara March, hija del Che y el investigador,
periodista y musicógrafo Lino Betancourt, quienes disertarán en torno a
la trascendencia de la vida y obra del Guerrillero Heroico y del
ilustre trovador santiaguero, respectivamente.
Ambas
personalidades, compartirán escenarios con los cantautores Polito
Ibañez, Pepe Ordaz, Eduardo Sosa, Silvio Alejandro Rodríguez y los
proyectos Caña Santa, de Santa Clara y La Trovuntivitis. El público
guantanamero disfrutará también, de medio centenar de artistas e
intelectuales cubanos, entre ellos, Annalie López, Yaíma Orozco, Roly
Berrío, Nelson Valdés y Annia Garcés.
La bolerista guantanamera
Paula Villalón y los trovadores Noel Nicot, Josué Oliva y Mario Zamora,
junto a los DJs y otros exponentes de las artes visuales,
investigadores y escritores, acompañarán a los juglares que, desde todas
las provincias del país, se suman a esta 41 Jornada.
Por estos
días habrá conciertos dedicado a la trova tradicional en áreas y plazas
públicas del municipio cabecera. También se realizarán intercambios
teóricos, recitales de poesía, muestras de audiovisuales y de artistas
de la Plástica, presentaciones de libros en sitios culturales e
históricos, comunidades, escuelas y en el Hospital Pediátrico Pedro
Agustín Pérez.
Similar a otras ediciones, la Jornada de la Canción
política, extiende sus opciones a las unidades de la Brigada de la
Frontera y al municipio de Caimanera, primera trinchera antimperialista
de Cuba y espacio limítrofe con la base naval norteamericana.
Como
colofón del encuentro, se reeditará la Trova más larga a partir de
las 10 de la noche del día 4 de agosto. En esta iniciativa, fundada
desde el año 2014, participarán los músicos invitados, quienes junto al
cantautor guantanamero Yoyi Barret, buscarán superar el record del
pasado año, cuando la trova se abrió por siete horas ininterrumpidas.
Durante
la Jornada, tiene especial importancia la peregrinación popular hasta
el Monumento de la calle Aguilera, lugar donde el 4 de agosto de 1957,
cayeron los jóvenes revolucionarios Jesús Martín, Fabio Rosell, Enrique
Rodríguez, Gustavo Fraga y Abelardo Cuza y los conciertos vísperas de la
fecha, con los que se le rinde tributo a los miembros del Movimiento 26
de Julio.
La Jornada de la Canción Política celebra su edición
número 41. Y este es el motivo para que cada año se convierta un momento
de reflexión y encargo de las nuevas generaciones con la obra que
erigimos en aras de recordar, a través del arte y la canción
inteligente, a los mártires de Guantánamo.
Hoy Santiago de Cuba atesora sus restos. Esa misma ciudad donde nació
y a la que dio su vida por una causa justa. Frank País García era su
nombre y solo tenía 23 años cuando fue ametrallado en el Callejón del
Muro, en la Ciudad héroe, junto a su compañero de lucha Raúl Pujols.
En homenaje a su memoria y la del resto de los héroes caídos en
defensa de la Patria, incluido René Ramos Latour, Daniel, asesinado un
año después en igual fecha y quien tras la muerte de Frank lo
sustituyera como Jefe de Acción y Sabotaje del M-26-7, un Consejo de
Ministros simbólico acordó declarar el 30 de Julio “ Día de los mártires
de la Revolución Cubana». Amante de la música y la poesía, Frank País García, el jefe de Acción
y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad, se
refugiaba en estas manifestaciones del arte para intentar aliviar el
dolor punzante por la pérdida de un amigo, o de un hermano. Fue un
hombre que ante cualquier circunstancia actuó sereno con la
responsabilidad que exigía el cargo que poseía, fue el revolucionario
más buscado de Santiago de Cuba. Muchas opiniones versan sobre Frank, quien además organizó el Alzamiento del 30 de Noviembre en la Ciudad Héroe.
Fidel Castro Ruz, al enterarse de su muerte escribe una carta a Celia
Sánchez, donde lo calificó como “el más valioso, el más útil, el más
extraordinario de nuestros combatientes", y en la propia misiva
enfatizó: "… No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quien era Frank
País, lo que había en él de grande y prometedor". David fue uno entre tantos seudónimos clandestinos que tenía y que
trascendió más allá de asesinato por los cuerpos represivos. De este
joven maestro con rostro de adolescente, Ernesto Che Guevara expresó:
“Sus ojos mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en
la misma y además, que ese hombre era un ser superior. Hoy se llama, el
inolvidable Frank País; para mí que lo vi una sola vez, es así”. “Era uno de estos hombres que se imponen en la primera entrevista,
dijo, su semblante era más o menos parecido a lo que muestran las fotos
actuales, pero tenía unos ojos de una profundidad extraordinaria […]
mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en la misma y
además, que ese hombre es un ser superior”. Bibliografía de la
época testifica que Nilda Ferrer, amiga y compañera de lucha de Frank,
dice: Hay un momento en que Frank mira a América con una dulzura, una
expresión. Era tranquilidad, confianza, felicidad, paz. Todo estaba
resumido ahí”. Mientras, su novia América Domitro, en el momento de su
muerte expresó refiriéndose a sus asesinos: “A Frank lo mataron
ustedes, pero aun después de muerto ustedes le tienen miedo, cobardes”. “Sí sé que para él las palabras disciplina, organización, civismo,
libertad tenían un valor sagrado, conjugándose en su mente y en su
acción, guardando un magnífico equilibrio… en él hicieron síntesis todas
las virtudes revolucionarias.” Así dijo Armando Hart Dávalos, en torno
a la personalidad de Frank País. Los héroes no escogen el momento de entregar la vida por la Patria.
Por eso hoy 30 de julio, Día de los mártires, recordamos a hombres como
Frank País García, líder eterno de la lucha clandestina y a otros que
con su ejemplo, llevarán en lo alto las antorchas de la historia.
El pensamiento martiano ha trascendido los límites del tiempo y hoy
constituyen fuente inagotable de valores patrióticos, de justicia y de
dignidad humana. Y esta es la base fundamental que sustenta la Batalla
de Ideas que libra el pueblo cubano en su afán por defender las
conquistas de la Revolución.
Por tal razón, Fidel Castro Ruz tras los sucesos del 26 de julio de
1953 expresaría: “Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su
centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la
afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es
digno, su pueblo su fiel a su recuerdo...¡Cuba, qué sería de ti si
hubieras dejado morir a tu Apóstol! La presencia decisiva del Héroe Nacional en los combatientes
moncadistas era una realidad tangible. Tan grande fue el sentido ético
de José Martí que bajo esa hermosa frase de "Patria es Humanidad", nos
legó una divisa realmente solidaria y justiciera. Sin dudas él, dotado
de una inteligencia soberana, siempre usó ese don para hacer de los
pueblos de América independientes y libres. El intento de tomar los cuarteles resultó fallida y costó mucha
sangre a decenas de cubanos humildes, asesinados por orden de la
dictadura batistiana, sin embargo, la acción constituyó el comienzo de
la lucha armada, que concluyó posteriormente, con el triunfo de las
armas del pueblo el 1ro de enero de 1959. La presión popular había impuesto a la tiranía Batistiana la amnistía
los jóvenes de la Generación del Centenario, encabezado por el joven
abogado Fidel Castro. En medio de la persecución constante y las
limitaciones materiales, se imponía el entrenamiento y el acopio de
recursos, además de la decisión de cumplir la máxima del líder
revolucionario cuando expresó: "En el 56 seremos libres o seremos
mártires." José Martí y el Moncada son la armazón dialéctica del camino ético y
revolucionario de una nación y sus luchas por la libertad. El Moncada
mostró a Cuba el curso que seguiría la Generación del Centenario: la
estrategia de lucha armada, sus bases ideológicas, sus metas, su moral
revolucionaria y sus principios políticos. El Moncada fue obra martiana llevada a cabo por la Generación del
Centenario aquel 26 de julio de 1953. Y no ha pasado a la historia como
un hecho aislado, sino como un enlace histórico, un vínculo de nuestro
pasado con el presente de dura lucha y con el futuro promisorio de
victoria. En el Moncada vivió el Apóstol, en el Moncada se eternizó su
memoria y se rescató para siempre la dignidad nacional.