Cuba está de fiesta nacional. Vive la fecha en que recordamos el momento en
que los bayameses el 20 de octubre de 1868, escucharon por primera vez
la letra del enérgico canto donde se jura que "morir por la Patria
es vivir", canto con el que quedó simbólicamente sellada la articulación entre justicia,
libertad e identidad en el destino de la nación cubana: nuestro Himno Nacional.
Pliegos de la época reseñan que centenares de bayameses enardecidos,
reunidos en la Plaza, hombres, mujeres, niños y ancianos, corearon la
letra de lo que ha quedado plasmado como el grito de independencia y
libertad, a la vez que devino bandera de lucha permanente de nuestro
pueblo. Ese día en Bayamo, nació la Patria y la Nacionalidad Cubana.
La
trascendencia histórica, política y social de la marcha entonada aquel
día de octubre, devino una verdadera demostración de amor a la patria.
Pero además, evidenciaba las ansias de libertad, la decisión de combate y
expresión genuina de arte y cultura caladas de una inmaculada cubana.
La obra de la inspiración del patriota cubano
Perucho Figueredo, se componía como reafirmación de nuestra
independencia y soberanía. El Himno Nacional, canto pleno a la insurrección libertadora y la abolición
de la esclavitud, constituye una sentida manifestación
artística de la conciencia cubana; de la sangre y sacrificio
de un pueblo que nunca dejó de luchar por su libertad e independencia.
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