Cuando los cubanos estemos nuevamente
frente a las urnas, quienes estamos acostumbrados a este ejercicio y otros que
lo hacen por vez primera al arribar a 16 años, quizás no
entiendan por qué Cuba se ha convertido en blanco de acusaciones en torno a su
sistema político y las elecciones, verdadero ejercicio de democracia.
Tampoco pueden comprender el porqué de tan alta asistencia popular en el
proceso, sin que se le retribuya a cambio dinero alguno. Me pregunto ¿quienes
obligan a los vecinos en el barrio a participar en las asambleas y a proponer
directamente a los candidatos?, ¿quienes a elegir a quienes deseen por su
propia voluntad?
Los vecinos en el barrio propusieron a sus representantes
en las Asambleas de base en cada circunscripción, y los propusieron porque conocen de su
quehacer cotidiano, su espíritu de sacrificio y moral revolucionaria. En ninguno de los casos despuntaron entre los nominados la tenencia de dinero, ni de propiedades
particulares, sino el mérito, las virtudes, la dignidad y la capacidad para
representar a su pueblo en un proceso de total transparencia.
Cada cubano mayor de 16 años de edad, tiene derecho a ejercer el sufragio, a
proponer y nominar, a ser propuesto, a ser nominado. Para ello no tiene
necesariamente que militar en las filas de
la Unión de Jóvenes Comunistas ni en las del
Partido, tampoco tiene que tener un título universitario, solo tiene que ser,
sencillamente un ciudadano cubano.
El voto que ofrecerán hoy los más de ocho millones de cubanos por su
candidato, vale. Por lo tanto, la
decisión que tomemos con la cruz que marquemos en la boleta, es muestra de que hacer mejor nuestro sistema social y económico, es también
hacer mejor nuestro sistema político, nuestra democracia y, por ende, toda la obra de nuestro Socialismo.
Esta es la oportunidad para que todos los cubanos escalemos un paso más en el pleno
ejercicio del derecho ciudadano. Por lo tanto, marquemos hoy con una X a nuestro candidato con la mayor responsabilidad, como quien está decidiendo el presente y futuro del
barrio, del municipio, de la provincia y de Cuba. Demostremos una vez más que las elecciones en Cuba es un proceso del Pueblo.
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