Si hay un lugar cómplice de la vida en cada ciudad es
el parque, de hecho, en todas las provincias existen no sólo uno, sino varios. Para
los guantanameros, el José Martí ubicado en el centro de la ciudad es una dicha,
pues posee características especiales que lo hacen ser único
en el conjunto de parques de Cuba. Por algo siempre digo que el lugar que más me
gusta de Guantánamo, es justamente, el parque José Martí.
El espacio ha sido
por años, un verdadero punto de encuentro, un lugar para conversar, para tejer sueños. Un espacio público al que las personas acuden
para intercambiar temas diversos, un sitio para que los enamorados, en la complicidad
de sus bancos, intercambien sus sentimientos y proyecten planes en común.
Cuentan historiadores
que el terreno que ocupa el parque guantanamero fue donado por su propietario
Don Pedro Manuel Pérez para su construcción. Dentro, se construyó la iglesia Santa Catalina de Rissis, templo tan reclamado durante años, por los pobladores de
la incipiente villa de El Saltadero del Guaso.
Inicialmente el santuario tenía un nivel menos de los
cuatro que exhibe hoy y la cúpula que corona la edificación, se le incorporó
durante la Primera
República. Independientemente a esos aditamentos, las tres
naves que la componen, no han sido modificadas desde su surgimiento.
El parque José Martí
fue en tiempos de la dominación española La Plaza de Armas, un lugar donde acampaban y hacían
sus ejercicios militares las tropas hispanas.
Su acceso era a través de escalones en
todo su derredor, con senderos de piedras que conducían a la iglesia, los
bancos aran de madera y las luminarias de aceite.
A la postre se talaron los árboles, se
cambiaban las luminarias, se quitaron los muros, se dividieron los jardines y
se pavimentaron los espacios que eran de tierra y así, se convirtió en parque
para el recreo de las personas.
El 20 de mayo de 1902, al proclamarse la República, fueron
sembradas ocho palmas reales sembrada por los veteranos a las 12 del medio día,
justamente en el momento en que tomaba posesión de la presidencia Don Tomas
Estrada Palma, conjuntamente con la
Ceiba conmemorativa. En ese momento, se rodeó con muros y los
asientos se hicieron de losas de granito con respaldo de hierro.
Área ideal para la
distracción y el juego de los más pequeños de la familia, lo primero que
sobresale en el parque
Martí por cualquiera de las esquinas, es la hermosa iglesia parroquial de Santa
Catalina de Rissis, templo
católico emplazado allí desde los inicios del parque.
Delante en la
parte izquierda de la iglesia, está la concha dotada con un diseño moderno para la época y un espacio donde
durante años ha servido como escenario para las presentaciones de la banda
municipal y la realización de eventos culturales y recreativos. En su interior,
existe una fuente con dos
surtidores simulan una flor de loto.
Para cerrar el
conjunto, junto al frente a la
entrada de la iglesia en la parte central, se alza un monumento esculpido en
mármol blanco con la imagen y dedicado al insigne patriota guantanamero Pedro
Agustín Pérez, Mayor General del Ejercito Libertador y primer Alcalde de la
ciudad.
Cerca de una de las esquinas, se exhibe una escultura de nuestro José
Martí Pérez ubicada sobre un pedestal de piedra a casi el nivel del suelo, sentado con un libro en las
manos, como quien vigila el juego de
los niños. El
conjunto monumental tiene además, tres palmas a ambos lados y un jardín que
forma la bandera cubana.
Hoy alrededor del parque José Martí, se mueve la vida comercial cultural
y social de la ciudad del Guaso. Dos de sus extremos forman
parte del Boulevard y allí, muy cerca se exhiben el Palacio de Salcines, la Casa de la Música, la Cafetería La Primada,
y los hoteles Martí y Brasil, atractivos
que dan belleza al caso histórico de esta urbe.
En tanto, en uno de sus bulevares, hacer
gala a otro conjunto escultórico que en su conjunto exhibe a cuatro niños. Y en
la cima, un pequeño lleva un aro similar al de Pilar, la niña del cuento Los
zapaticos de rosa, de La Edad
de Oro, que alza la estatuilla de La
Fama, símbolo de la ciudad de Guantánamo.
El parque José Martí, de Guantánamo, es un sitio
de obligada visita por la belleza de su entorno. Es sorprendente, frondoso, dotado
de elementos históricos y, sobre todo, rodeado por el seductor movimiento citadino.
Un lugar para los bohemios, para quienes buscan un rato para el descanso o para
quienes esperan un SI de los enamorados.
Este es mi parque guantanamero.