Bondad, amor, paciencia… Madre
El segundo domingo de mayo es el Día de las madres, una ocasión muy especial. Un momento no solo para ir tras los regalos y postales, sino también para decir “yo te quiero mucho”, “eres el ser más lindo de la tierra” y para reconocer a quien le debemos lo que somos, porque no hay persona más compasiva y delicada que ella.
Nada le cuesta convertirse por siempre en nuestra niñera, maestra, cocinera, costurera, sicóloga, terapeuta, amiga… y esto sucede por que existes para nosotros, Madre, porque lloramos juntas en nuestras desdichas y reímos con nuestras alegrías, sin importar el momento, la hora, el día o el lugar.
Los brazos de una madre siempre están dispuestos para el abrazo. Y su corazón, comprende cuándo precisamos de la mano amiga por que aunque no nos acompañes siempre, donde te encuentres, estás pendiente de lo que nos sucede, necesitamos, queremos y hasta pensamos.
Eres, Madre, la única capaz de calmar el dolor con el beso, una tierna mirada, un te quiero, un abrazo… Sin embargo, aunque a veces peleamos y tus ojos se fortalezcan ante el regaño, siempre nos conduces hacia el lugar indicado porque eres la luz que alumbra nuestro camino.
Bondad, ternura, firmeza, sacrificio, fortaleza, paciencia, dulzura, amor…, esos calificativos son pocos para la única persona que lo da todo sin recibir nada a cambio. A ti, Madre, ejemplo de sacrificio y consagración, ser que ha sacado a la luz nuestros mejores sueños… ¡Felicidades en tu día!
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