Cada joven se parece más a su tiempo que a sus padres
La frase “Cada joven se parece más a su tiempo”, encierra una gran verdad. Con frecuencia he escuchado criterios a cerca de los adolescentes y jóvenes con quienes conviven los adultos y cito: ... “Unos se muestran rebeldes en el hogar, otros se atropellan a la entrada del ómnibus, utilizan un lenguaje callejero en la comunicación en cualquier lugar, a algunos les ha dado por tatuarse, ponerse un piercing en alguna parte del cuerpo o raparse la cabeza…”
Sin embargo, si desenvolvamos 20 almanaques, nos percataríamos de que de ninguna manera en aquellos años, un estudiante universitario u obrero se dibujaba el cuerpo y mucho menos, se dejaba la cabeza cual bola de billar por la sencilla razón de que la moda por aquellos tiempos para uno y otro sexo era la de llevar el pelo largo.
Y quiero se me entienda, un tatuaje, piercing, un hombre con pelo largo o con un rapado de cabeza no definen la personalidad de una muchacha o un joven, por la sencilla razón de que son tendencias de moda y en su mayoría sucumben ante sus mandatos. Por tanto, apariencia física a un lado, los jóvenes cubanos se distinguen por los valores y la cultura que asimilan en el curso de la vida.
Y es justo aquí donde la familia desempaña un rol fundamental, pues como célula comunitaria de la sociedad, es la primera referencia para cualquier ser humano. Históricamente fue así, pues antes de existir las clases sociales, aparecieran las naciones, y se concibiera cualquier tipo vínculo humano, ya el hombre necesitaba vivir en comunidad.
Las primeras normas de conductas vinculadas a un comportamiento moralmente bueno y una adecuada relación de respeto, se adquieren en el seno familiar. En la convivencia familiar se forman las primeras nociones culturales y estéticas, valores que se asumen en una primera etapa como un proceso lógico y natural de identificación con su medio social inmediato.
La familia es referente en la formación integral de la personalidad y excelente medidor en las actitudes asumidas por el hogar en los marcos de la sociedad. Sin embargo, no podemos imponernos a modas y costumbres determinadas de una epoca determinada.
Debemos de aceptar, educar y persuadir en los principios y valores sociales, estoy segura que nueastros descendientes entenderán el por qué de tus aseveraciones. Es complejo, pero no dificl, recuerda que cada joven se parece más a su tiempo que a sus padres...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario