Luis Ramírez López: Sangre cubana en la ilegal base naval yanqui


“Marines, hijos de puta, me han matado”, fueron las últimas palabras de Luis Ramírez López, soldado de la Brigada de la Frontera Orden Antonio Maceo. Era la funesta noche del 21 de mayo de 1966 y su cuerpo era alcanzado por las balas enemigas disparadas desde el otro lado de la cerca perimetral.

Sólo llevaba 11 meses en cumplimiento de su deber, cuando fue asesinado mientras realizaba la guardia en la casamata 65, instalada a 150 metros del límite este de esa mentada fortaleza norteamericana. Cubría su turno de guardia en la Brigada de la Frontera.

Había nacido el 19 de mayo de 1944, en Guisa, Granma y ese día se convertiría en otro combatiente cubano caído a consecuencia de las constantes provocaciones que casi a diario, se lanzaban contra Cuba desde la ilegal base naval yanqui, territorio ocupado por el gobierno de los Estados Unidos en Guantánamo.

La exigencia, entereza y combatividad eran cualidades que, junto a su jovialidad, predominaban en Luis. También lo acompañaban su serenidad y voluntad de hierro, además de la simpatía hacia sus compañeros, quienes reclamaban cubrir la posta con él, de ahí la indignación que ocasionara en ellos el vil asesinato del camarada.

El combatiente “traspasó la cerca que limitaba la Ilegal Base Naval y después huyó”, razón por la cual un centinela de la infantería le provocó la muerte. Fue el modo en que un portavoz del pentágono, trató de justificar lo ocurrido, quien alegó entre otras falsedades, que el suceso se produjo dentro del perímetro de la Base Naval Norteamericana.

Respecto a esta afirmación y para dar firme respuesta a esos falsos planteamientos, nuestro Comandante en jefe Fidel Castro Ruz, subrayó: “Nosotros no podemos caer en actos y provocaciones que no hemos realizado jamás y de los cuales sí hemos sido víctimas sistemáticamente durante años, y por otra parte, no vamos a abandonar la custodia de nuestro territorio".

En torno al asesinato del joven soldado, se tejieron muchas teorías. Sin embargo, el argumento fue desmentido cinco días después cuando 30 periodistas varias agencias noticiosas, radicados en Cuba, visitaron la Brigada de la Frontera y allí, en conferencia de prensa, conocieron lo relacionado con el homicidio y probaron la falsedad de las imputaciones.

Y fue el 18 de octubre del propio año, cuando el Canciller de la Dignidad, Raúl Roa García, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, denunció el alevoso crimen, calificando de insolente la distorsión del hecho y de absurda la irrupción de soldados cubanos en el ilícito enclave, espina clavada en el corazón de todos los cubanos.

Han pasado 46 años del asesinato de Luis Ramírez López, sin embargo, los cubanos nos sentirnos cada vez más comprometidos con nuestra Revolución victoriosa. Al igual que este joven, fueron otras las víctimas causadas por los ataques realizados o suscitados por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba. Por lo tanto, hoy nos sobran razones para exigir de inmediato la retirada del enclave militar yanqui de nuestro territorio una vez y por todas.

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